miércoles, 9 de diciembre de 2020

Juan Carlos Mestre en el X aniversario de la ARMH

Estas palabras fueron pronunciadas por Juan Carlos Mestre en el acto del X aniversario de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en el teatro Bérgidum de Ponferrada:


No hay, no hay ya palabras que estén a la altura de esta emocionante conciencia de resistencia que es la memoria. 

El fascismo es algo más que una terrible  estructura  de sometimiento y de tensión, es algo más que la legalización del crimen. El fascismo ha sido la negación de la memoria de la dignidad humana. La soberbia obstinación de mentir. El cambiarle el programa a las palabras. 

Cuando un ser humano deja de ser un ser humano, cuando empieza a ser llamado rojo, cuando empieza a ser fácil pegarle un tiro en la nuca a un adjetivo. Tal vez, en noches como esta uno piensa qué otro sentido podría tener la poesía que no fuera la fundación de un acto ya nuevo o reiterado de conciencia, palabras sin dueño en la república de los vencidos, donde la verdad del ángel de los ciudadanos sigue siendo el imperativo categórico de recordar. 

Pero no solo la memoria, sino situar en el lugar de la memoria la justicia en el lugar donde no hubo justicia, poder volvernos a enfrentar y mirar a la cara del fascismo para decir que la memoria es recordar los sueños aún pendientes de ser soñados. Es devolver también a los muertos, no ya el nombre de los olvidados, no el nombre de los vencidos, sino la voz de nosotros que seguimos teniendo el testimonio, porque somos los sobrevivientes y los testigos. 

Ellos, son los dignos de compasión.  Ellos son sin duda los bienaventurados, pero ellos fundamentalmente, desde las oscuras cavernas de la historia siguen siendo los jefes de un pueblo en la noche, aquellos que aferrados con las manos desnudas al relámpago de la emoción, siguen diciendo desde las cunetas: soy inocente, tengo derechos, no me mates. 

La memoria no sólo es recordar, la memoria es restablecer la justicia en el lugar donde no hubo justicia, porque la justicia, la justicia, la utopía de los sueños, la única justicia de los sueños, amigos, es no darle en el tiempo la razón a los verdugos.


martes, 19 de mayo de 2020

Illescas-Madrid-León. Nexo de (mi) unión, Charles Bukowski

Esta cuarentena me está sirviendo, entre otras cosas, para poner al día lecturas pendientes, incluso, de años. Dicen que la nostalgia es cosa de románticos y que en el fondo, no sirve más que para hacerte daño. Qué quieren que les diga, a mi, me gusta.




Al grano, aquella noche del mes de febrero de 2008, aquel tributo al poeta David González organizado por el fanzine Creatura de Illescas, me sirvió para conocer a mucha buena gente.



A raíz de aquello vinieron las jam del Bukowski, Diablos Azules y Aleatorio en Madrid y más adelante, manda narices que tuviera que conocerlas a través de amigos de la villa y corte, los Dolores de poesía en los bares de León.



Leyendo estos tres libros me di cuenta que llevo sin ver a muchas de estas personas demasiados años, pero la vida es un viaje y no todos pasamos por las mismas estaciones. Algunas, incluso, no las volvemos a pisar. 



Para eso están los libros, los recitales y la memoria. Desde aquí, a todas ellas, un fuerte abrazo. Como dice Escandar, que la poesía pague los destrozos. 


lunes, 16 de julio de 2018

Escríbalo yo, léalo el diablo

Gurús

Pálpate los hombros.
La parte posterior.
La que sujeta los dos soportes
sobre los que se anclan
los hilos.
Mientras vagas
por el escenario
creyendo que tienes vocación de eje,
la resistencia calla.
Mas callada,
no duerme 
sino vive.
Desvelada
por todo lo que crea y cree
mientras te ignora.
Alguien dijo
que sólo hay algo más triste
que ser como tú;
ser tú.
Sin embargo,
hay algo aún más decadente;
ser palmero de tu espalda.
A la altura
de la parte posterior de tus hombros.
Pálpatelos.
Los hilos con los que pensabas
hilvanar tu comedia,
siguen justo ahí.
Y se ven.

La luisa

Compartí esta escombrera,
con mi bisabuela,
apenas tres o cuatro años.
Una vez,
enredando
bajos sus mantos y mandiles,
cerca del brasero,
algo debí preparar y
justo
a continuación
oí que exclamaba,
en voz baja y con cariñosa retranca:
"¡demonio de rapaz!".
Pues bien;
ya me tenía más calado
que todos los maestros,
psicólogos,
cardiólogos,
ingenieros,
inspectores de hacienda,
músicos,
poetas y
psiquiatras
que vinieron después.




Una vez leído, solo quiero pedirle una cosa a Carlos Balacera. Que la rueda, nunca, repito, nunca, deje de girar.


miércoles, 27 de junio de 2018

Por cañadas y veredas: Soria

El pasado domingo realicé una ruta en bicicleta de montaña que me llevó al cerro San Marcos (a unos 15 km de Soria capital) donde tres majadas abandonadas, llenas de orgullo, resisten al abandono. Allí me vino a la mente la jornada celebrada este mes en la más septentrional de las tres provincias leonesas (León, Zamora y Salamanca, es bueno recordarlo), concretamente en Astorga y que llevaba por título La despoblación, análisis y respuestas.




Recorriendo con la mirada el paisaje que regala este cerro, me venían a la memoria los mensajes de optimismo que trasmitieron las personas que representaban a la Junta de Castilla y León en dicho encuentro. Un encuentro celebrado un martes, al que muchos alcaldes y alcaldesas de la provincia no pudieron acudir, ya que era día laborable, seguro que la elección del día no fue casual. "Tenemos 10.000 centros sanitarios en la comunidad", que abren dos o tres días a la semana, con suerte. "Tenemos escuelas en pueblos con 4 alumnos", mientras año tras año reducen el número de docentes. "Este Gobierno tiene un fuerte compromiso con el medio rural", con un gran número de pueblos con una conexión a internet de muy baja calidad. Así, un argumento tras otro, hasta el aburrimiento final.


Mientras los expertos (siempre hay uno) nos decían que la pirámide poblacional se estaba reduciendo drásticamente en la base y en la cima (hay pocos nacimientos y muchas muertes debido a la media de edad tan elevada), yo pensaba en las palabras que un día pronunció Julio Llamazares y que llegaron a Astorga gracias a Emilio Gancedo: "Llevo asistiendo 20 años a encuentros sobre el medio rural y vivo en el centro de una ciudad de tres millones de habitantes."

Descendiendo desde lo alto del cerro hasta las majadas, recordando el libro de Avelino Fernández Donde la vieja Castilla se acaba: Soria (Ed. Rimpego, 2015), me asaltaron dos dudas, ¿por qué no se invitó a la veterinaria (y poeta) María Sánchez?, ¿tanto costaba invitar a un pastor que practica la trasterminacia como El Ruso?




Llegando a la ciudad de Soria, que cuenta con menos de 40.000 habitantes, que es capital de una provincia que no llega a los 100.000 habitantes y que cuenta con un gran número de pueblos que no llegan a los 200, que solo tiene comunicación por autovía a Madrid, que solo cuenta con trenes a Madrid y que pertenece a una de las zonas más despobladas de Europa, yo me pregunto: ¿Ningún experto es capaz de dar con la tecla adecuada? Quise hacerle esta pregunta a los respresentantes de la Junta de Castilla y León en aquella jornada, pero se marcharon nada más acabar de comer. En fin, otra vez será.

María Sánchez. Cuaderno de campo (Ed. La Bella Varsovia,2017)


Aquí
a los que no ven el mar
se les reconoce
porque siempre
llevan
una espiga
clavada
en el pecho