viernes, 28 de noviembre de 2008

Pero juntos


Esta noche, sentado en un bar, con mi cerveza,

recordé como en ese mismo lugar,
algo se resquebrajaba.
Volaban palabras disfrazadas de puñales,
nos tirábamos a dar, sin entender,
que no luchábamos en dos bandos

nos estábamos inmolando, y eso,
me duele más que mil zarpazos.

Como más veces he escupido sobre folio,
quítale a la montaña más alta su cumbre,
quíta
le a la puesta de sol su mar,
quítale al mejor verso sus letras,

quítale a la noche su luna,
quítale a un lugar tu presencia,
quítale a tu rostro tu sonrisa y hallarás la respuesta
La busco a mi pregunta.
No importa lo que hago,
si me olvido quien se sienta a mi lado.

No juguemos a la guerra,
ese juego, para los que aman a las balas,
para los que engañan al pueblo,
con el pretexto de una bandera y con el fin de su dinero.
Tú y yo valemos más que eso,
tú y yo no entendemos de guerras,

caminamos en la misma dirección
y juntos subiremos al torreón más alto
para disfrutar de eso, de la vida, pero juntos


Abel Aparicio González - 2008



lunes, 24 de noviembre de 2008

Ruta de senderismo: La pedriza (Manzanares el Real - C. de Madrid)

En esta ocasión me he ido con unos amigos la Pedriza, en el termino de Manzanares el Real, en la comunidad de Madrid. donde nace el rio de los atleticos (tenía que decirlo). Mezclamos tres rutas:



Senda de Quebrantaherraduras: Esta parte fue muy facil, va casi por completo paralela a la carretera que va a dar al parking. No hay mucho que desctacar sobre ella.
Desnivel: 156 m
Recorrido: 6.4 km











De Canto Cochino al Cancho de los muertos y de nuevo Canto Cochino: Esta fue la parte más complicada de todo el recorrido, aunque tampoco es de una dificultad alta ni mucho menos. Destacar el Collado del Cabrón, al llegar arriba descubrí porque le llaman así. Aquí fue donde comimos
Desnivel: 323 m
Recorrido: 5.4 km














De Canto Cochino a Manzanares el Real: Bajada sin más complicaciones a Manzanares el Real. Destacar un bar que nos encontramos en la orilla del rio, de madera, muy original, parecía el el pony pisador.
Desnivel: 126 m
Recorrido: 5 km



Al finalizar la ruta, las cervezas de rigor y visita al castillo, con vistas a la pedriza y comtemplando el pantano.


miércoles, 19 de noviembre de 2008

Vosotros

Atravesando la puerta de una habitación,
una simple barrera,

que casi no me había atrevido a cruzar,
al romper ese muro una canción me rodeo,
la flaca, de Calamaro, y esta me acompañó media noche

como si hubiese volado desde Illescas hasta As Pontes.
Para todas las personas, las queridas tenemos una canción,
yo por lo menos, así, cuando suenan, estén donde estén,
algo de ellos permanecerá a mi lado, y no se irá, jamás

En ese cuarto vivía una gallega,
ahora lo hace una manchega,

en mi caso han sido leoneses, maños, navarros, toledanos…
Son diferentes los puertos,
pero todos entran en el mismo lugar,

una mochila, la que nos acompaña durante la vida,
o la que guía nuestros pasos, la que dejamos que nos guíe

Ocurre que a veces compartimos techo con amigos, compañeros
Se pierden la cuenta de las horas, nos entregamos,
nos destapamos,

Los adoptamos como algo parecido a una familia, complicidad
Comparten nuestra locura, nuestras bromas,
nuestras borracheras,

comparten nuestros problemas y nuestro mal humor

Te sientes partícipe de su tiempo, te pintan en sus fotos,
en la agenda de sus viajes, lugar privilegiado en sus llamadas,
pero, y casi sin saber como, se cruza una ciudad, otro trabajo,
otra vida, otras personas y no quieres verlo, pero lo sabes

Al llegar a casa no están, en tus viajes tampoco, ni en tus planes
en tu teléfono su nombre se va difuminando hasta llegar a ese punto,
en el que casi llegan a desaparecer,
incluso se pueden ir lejos, allí, muy arriba,
con una mísera gota de esperanza,
que siguen juntos en algún parque, o en la barra de algún bar,
viéndote y riéndose esperando a verte en un futuro muy lejano.
pero que no se van, no los dejas
no se si es la grandeza de esta vida, que nos da esa oportunidad,
o su crueldad, que casi riéndose nos lo arrebata. Seamos optimistas

Es por eso, por las cosas de la amistad, por lo que las casas,
algunas veces, dejan de ser algo material,
para convertirse en eso, en el cobijo de la amistad.

Carlos Chaouen, nos dice que hasta ahora, nadie,
le ha escrito una canción.
A mi tampoco lo han hecho, pero solo saber,
que al escuchar una canción alguien se acuerde de mí,
hace que todo esto valga la pena, los viajes, las ciudades,
las mochilas y esos momentos, para mí, para vosotros


Abel Aparicio González - 2008

domingo, 16 de noviembre de 2008

Ciclo Julio Llamazares

Hoy toca hablar de un escritor y periodista leonés. Su nombre es Julio Llamazares, nació en el desaparecido pueblo de Vegamián, León el 28 de marzo de1955 poco antes de que el pueblo quedase inundado por el embalse del Porma. Licenciado en Derecho, abandonó el ejercicio de la profesión para dedicarse al periodismo escrito radiofónico y televisivo en Madrid donde reside actualmente.

Me pregunto porque a este escritor no me lo enseñaron mi colegio, porque me hablaron tan poco de él en mi instituto, porque en el viejo reino no se da a conocer a este hombre, ya que es uno de los escritores más en auge de la actualidad. En vez de quejarnos que nos quitan, de que nos roban, deberíamos impulsar más lo nuestro y luchar por ello. En fin, reflexiones personales al margen, estos son los tres libros suyos que me he leido desde verano:

El río del olvido
El río del olvido relata el viaje a pie del autor, en el verano de 1981, a lo largo de todo el curso del río Curueño, «el solitario y verde río que atraviesa en vertical el corazón de la montaña leonesa», en palabras del propio Julio Llamazares, quien volvió así a los parajes en que habían transcurrido todos los veranos de su infancia. Las apuntaciones de aquel viaje han servido hoy para la redacción de un libro que «no es, pues sólo, la memoria del paisaje —los paisajes— del Curueño, sino también la memoria del camino. Memoria de un paisaje que el viajero volvió a ver con la sospecha de haber regresado a un río y a un mundo desconocidos y memoria de un camino que el viajero recorrió con la convicción cada vez más asentada de que los caminos más desconocidos son los que más cerca tenemos del corazón». El río del olvido, obra conmovedora y de contenida belleza en su profunda veracidad, representa una cima en la prosa narrativa de Julio Llamazares.

Luna de lobos

Ramiro, Gildo y Ángel, tres soldados republicanos de León, huyen en plena noche de las represalias del frente victorioso que ha ocupado su tierra. Refugiados en el monte, siempre al abrigo de la oscuridad de las minas abandonadas, de las cuevas o de la noche, ven pasar los meses mientras tratan de encontrar la forma de sobrevivir y de escapar al infierno de la clandestinidad. De esta manera se manifiesta un instinto primario que puede llevar un hombre acosado hacia la violencia.

El cielo de Madrid

En el último cuarto del siglo XX, en España se produjeron el final de la dictadura, la llegada de la democracia, el despertar al mundo y a la libertad, y nacieron y se abandonaron algunos sueños... En medio de esas turbulencias, Carlos y sus amigos, un grupo de artistas y escritores que, como tantos a lo largo de la historia, llegaron a Madrid buscando el triunfo, pasan de la inocencia a la madurez, de la juventud al éxito o al fracaso, y encuentran que ni el éxito ni el fracaso son como ellos se habían imaginado.
Crónica generacional, El cielo de Madrid es también una reflexión sobre la búsqueda de la felicidad, que para el protagonista-narrador y sus amigos simbolizan el cielo de la ciudad y el que hay pintado en el techo del bar en que se reúnen todas las noches. Julio Llamazares regresa a la novela con esta historia que parece más soñada que real, como la ciudad que su protagonista pinta mientras la vive.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Adam Parfrey: Estudio sobre la televisión


Por esto, entre otras cosas, en mi casa, en el lugar que debería estar la televisión hay un cartel que pone: Apágala tú antes de que ella te desconecte.

Hoja informativa de la sociedad para la erradicación de la televisión
  1. El niño promedio ha visto más de 200.000 anuncios de televisión para cuando se gradúe en el instituto
  2. Los anunciantes gastan mas de 500 millones de dólares en decirles a los niños que compren juguetes caros y comidan no sana
  3. Cada año el espectador medio ve 18.000 anuncios
  4. En un hogar americano típico el televisor está encendido durante 7 horas y 2 minutos diarios
  5. Para cuando una persona termine el instituto habrá pasado más tiempo delante del televisor que en un aula
  6. El 99.5 % de los hogares americanos tienen televisor
  7. 250.000 americanos escribieron al Doctor Marcus Welby (*), doctor en medicina hace unos años pidiendo consejo médico
  8. Un americano habrá pasado 9 años de su vida delante de un televisor para cuando cumpla 65
  9. Un periódico de Detroit ofreció 500 dólares a 120 familias para que apagasen su televisor durante un mes. 93 de esas familias lo rechazaron
  10. Los niños muestran típicos síntomas de síndrome de abstinencia normalmente asociados con las drogas cuando sus famillas deciden suprimir el hábito de la televisión
  11. Para cuando haya cumplido 14 años de edad un espectador aplicado habrá contemplado 11.000 asesinatos en televisión
  12. Hay un promedio de 18 actos violentos por hora en los programas infantiles de fin de semana y los alumnos de preescolar muestran su comportamiento agresivo injustificado después de muchas horas viendo su televisor (Instituto Nacional para la Salud Mental)
  13. Cuando se les pidió que eligieran entre sus padres y sus televisores más de la miad de los jóvenes de la encuesta eligieron la televisión

(*) Serie de televisión emitida en EEUU (1969-1976)

Adam Parfrey

viernes, 7 de noviembre de 2008

Los suaves: Parece que aún fue ayer

Recuerdo que hace tiempo,
creo que antes de nacer,
cuando las horas perdidas
llegaban al amanecer.
No había que cumplir promesas,
el cansancio era de placer,
las lágrimas eran de risas,
y parece que aún fue ayer.

En los amigos creía,
y en palabras de mujer,
en Dios, patrias y banderas,
y en el diablo también.
En leyes, familias, escuela
y, claro, también en el Rey.
Voy recordando mentiras
y parece que aún fue ayer.

Cuántas ilusiones
traje a este mundo al revés,
que perdiendo una al día
creo que me quedan aún dos o tres.
Sin fe, qué triste un final sin fe,
cansado ya de perder
pensando lo que la vida
pudo haber sido y no fue.

La noche ya se gastó,
el sueño empieza a caer,
los recuerdos son cenizas
y parece que aún fue ayer.

El día del viento llegó,
la esperanza ya se fue,
o nacemos fracasados
o se fracasa después.
La vida ya se gastó,
el tiempo empieza a caer,
los días están contados
y parece que aún fue ayer.

Cuántas ilusiones
traje a este mundo al revés,
que perdiendo una al día
creo que me quedan aún dos o tres.
Sin fe, qué triste un final sin fe,
ya nada se ve como es,
pena le doy a la pena
pues penas coleccioné.
Ahora el reloj se paró,
harto ya de correr
cómo se fueron los años
y parece que aún fue ayer.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Joaquín Sabina: Yo me bajo en Atocha

Con su boina calada, con sus guantes de seda,
su sirena varada, sus fiestas de guardar,
su vuelva usted mañana, su salvese quien pueda,.
Su partidita de mus, su fulanita de tal.
Con su todo es ahora, con su nada es eterno,
con su rap y su chotis, con su okupa y su skin,
aunque muera el verano y tenga prisa el invierno
la primavera sabe que la espero en Madrid.

Con su otoño Velázquez, con su Torre Picasso,
su santo y su torero, mi Atleti, su Borbón,
sus gordas de Botero, sus hoteles de paso,
Su taleguito de hash, sus abuelitos al sol.
Con su hoguera de nieve, su verbena y su duelo,
su dieciocho de julio, mi catorce de abril.
A mitad de camino entre el infierno y el cielo...
yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid.

Aunque la noche delire como un pájaro en llamas,
aunque no dé a la gloria la Puerta de Alcalá,
aunque la maja desnuda cobre quince y la cama,
aunque la maja vestida no se deje besar,
"Pasarelas Cibeles", cárcel de Yeserías,
Puente de los Franceses, tascas de Chamberí,
ya no sueña aquel niño que soñó que escribía,
Corazón de María, no me dejes así...
Corte de los Milagros, Virgen de la Almudena,
chabolas de uralita, Palacio de Cristal,
con su "no pasarán" con sus "vivan las caenas",
su cementerio civil, su banda municipal.
He llorado en Venecia,
me he perdido en Manhattan,
he crecido en La Habana, he sido un paria en París,
México me atormenta, Buenos Aires me mata,
pero siempre hay un tren
que desemboca en Madrid.
Pero siempre hay un niño que envejece en Madrid,
pero siempre hay un coche que derrapa en Madrid,
pero siempre hay un fuego
que se enciende en Madrid,
pero siempre hay un barco que naufraga en Madrid,
pero siempre hay un sueño
que despierta en Madrid,
pero siempre hay un vuelo de regreso a Madrid.


lunes, 3 de noviembre de 2008

Senderismo: Cercedilla (C. de Madrid)

Señalización: Circulos rojos
Longitud: 12'5 kilómetros
Duración: 4 horas
Salida: Centro de Información "Valle de la Fuenfría"
Llegada: Centro de Información "Valle de la Fuenfría"
Cota máxima: 1.750 metros
Cota mínima: 1.287 metros


Se inicia en el Centro de Información "Valle de la Fuenfría". Desde aquí se ha de coger un camino que sale grente a dicho centro y que lleva al Hospital de la Fuenfría. Dejándolo a la izquierda atravesamos un paso para caminantes.

En pocos minutos se alcanza un claro, llamado "Plaza de España", por donde pasa el Camino Viejo de Segovia, que tomamos hacia la derecha. Después de cruzar el arroyo del Infierno, encontramos una casa forestal, bordeando su cerca y cruzando un paso para caminantes, retomamos el camino. Éste cruza dos arroyos, el de Pinolubero primero y, más tarde, el de Majavilán.
Continuamos la vereda hasta tomar una desviación a la izquierda. Se trata de la Vereda del Poyal de la Garganta, que salva una fuerte pendiente hasta llegar a un claro desde donde se divisa la vertiente oriental del Valle de la Fuenfría.




La vereda culmina en el Collado de Marichiva (1.750 m), divisoria de las provincias de Madrid y Segovia. A la derecha se alza Peña Bercial (2.002 m) y a la izquierda, Peña Águila (2.011 m). Continuamos por la pista que avanza por la ladera de Peña Águila.





A esta altura sale un sendero a la izquierda, es la Vereda de la Piñuela, una variante de bajada rápida que conduce de nuevo a la Plaza de España.

Si se continúa por la pista forestal encontramos un pilón y un poco más adelante, a la izquierda, la Vereda de los Poyalejos, por la que descendemos al fondo del valle.
Esta vereda cruza pequeñas corrientes de agua hasta llegar a una zona más llana denominada Los Poyalejos. Desde aquí seguimos descendiendo hasta un punto donde la vegetación se abre a la izquierda y nos deja ver una antena de repetición, es el Cerro del Hornillo.

La vereda desemboca en una pradera, el Campamento de La Peñota o de los Curas, donde se encuentra la fuente de Los Tres Amigos. La pista forestal a la izquierda nos conduce de nuevo al Hospital de la Fuenfría.


Desde el Hospital de la Fuenfría ya sólo nos queda descender por el mismo camino por donde iniciamos nuestra ruta hasta llegar al Centro de Información "Valle de la Fuenfría".