lunes, 25 de julio de 2011

Va por ti Rober, ¡AUPA PORRETAS!

Disfruta allí donde estés, seguro que lo haces. Las cervezas que me tome de aquí a mucho tiempo irán por ti.



viernes, 22 de julio de 2011

Versos a Oliegos 2011


Un año más, participo en el poemari
o Versos a Oliegos.

Quiero destacar, que este pueblo f
ue cubieto por las aguas del pantano de Villameca y sus vecinos fueron llevados a una localidad vallisoletana. Si alguien lo entiende, que me lo explique.

Foto de archivo de Oliegos

VERSOS A OLIEGOS


(Fontoria, dia 24 de julio(domingo) a las 18 horas)

Los pendones del río Tuerto y los poetas recuerdan a Oliegos.

Los pendones de los pueblos de la ribera del Tuerto, y poetas de diversas nacionalidades, se unen este domingo día 24, a las seis de la tarde en Fontoria, para recordar a Oliegos, un lugar hundido hace más medio siglo bajo las aguas de uno de los embalses leoneses.

Este año se cumple el décimo aniversario del encuentro VERSOS A OLIEGOS, certamen itinerante en el que se recuerda a este lugar amado por los cepedanos.

En el amanecer del 28 de noviembre de 1945 los vecinos de Oliegos dejaron su pueblo, apostado en la solana de las montañas de La Cepeda, para marchar a otro punto de la provincia de Valladolid, Foncastín, donde fueron reubicados tras la construcción del embalse de Villameca.

Ahora, cada año, el desembalse del pantano permite aflorar las viejas piedras pizarrosas, esqueleto de un pueblo que pervive en la memoria de las gentes de La Cepeda, y al que cada año se le dedican versos, en un homenaje emotivo que concita a todo tipo de habitantes de la comarca.

Fontoria acoge este año el encuentro de Versos a Oliegos, el domingo, una cita a la que concurren los pendones de esta parte de la provincia de León, y en la que no faltarán los poemas en los que se canta a la tierra, al amor o se rememora a Oliegos.

El certamen poético nació en agosto de 2001 a la vera del pantano de Villameca, no lejos de las ruinas del viejo Oliegos; en el 2002 tuvo lugar en una pinada de Morriondo; en el 2003 en Quintanilla del Monte; en el 2004 se celebró en las antiguas escuelas de Magaz; en el 2005 se trasladó a Foncastín (Valladolid), el lugar donde fueron ubicados en 1945 los vecinos de Oliegos cuando desapareció el pueblo.

Desde entonces el encuentro ha pasado también por Villamejil, Quintana del Castillo, Abano, León y Astorga, siempre con el apoyo de gentes de toda la comarca de La Cepeda y aún de Foncastín, Valladolid, cuyos vecinos se acercan habitualmente al certamen anual.

Cada año se edita un libro con poemas enviados a esta cita, muchos de los cuales se leen por su propios autores. En 2011, entre los autores que han cedido sus poemas figuran varios de la India, para recordar que el mundo de la literatura celebra el Año Tagore, en el 150 aniversario del nacimiento del poeta Rabindranath Tagore, una de las cimas de la poesía mundial.

Junto a la obra de los poetas indios, la de la chilena Violeta Medina, o la de otros notables como Eugenio de Nora o Julio Llamazares, que encabezan una nutrida representación leonesa.

El listado completo de autores que han participado con sus escritos o poemas en el homenaje a Oliegos es el siguiente:

Pedro Abajo
Jorge Aller
Turi Aller
Manuel Alonso Blanco
Luis Miguel Alonso Guadalupe
Tomás Álvarez
Olga Angélica
Shamser Anwar
Abel Aparicio
Pedro Barros
Hindol Bhattacharya
Rogelio Blanco Martínez
Astor Brime
Mónica Calvo Redondo
Manuel A. Campo
Isabel Cantón Mayo
Ángel Francisco Casado
Mª Ángeles Cordero
Rajlakshmi Devi
Bernardina Fernández Macías
José María García Álvarez
Gumersindo García
Shankha Ghosh
Xuasús González
José Mª González Cabezas
Mª Camino González Redondo
Ylenia Gutiérrez
Genaro Llamas Cuervo
Julio Llamazares
Xana Llión
Ricardo Magaz
Charo Martínez Domínguez
Violeta Medina
Lourdes Natal
Eugenio de Nora
José Carlos Parra Cabo
José Pedro Pedreira
Maria Ángeles Pérez López
Adolfo Pérez Rebollo
Luis Miguel Ramos Blanco
Armando Ramos García
Ignacio Redondo
Revilla (Benito Magaz)
Santi Somoza
Germán Suárez
Nicolás Valdueza
Mª del Carmen Viloria Glez.

martes, 19 de julio de 2011

Villamanín, el Belchite leonés


Al contrario que Belchite, en Zaragoza, que Franco dejó como quedó, arrasado después de una de las grandes batallas de la Guerra Civil, para mayor gloria de su régimen -se hizo un pueblo completamente nuevo, como Riaño-, Villamanín, en la provincia de León, fue levantado de nuevo por Regiones Devastadas, un organismo creado en enero de 1938 para la reconstrucción de pueblos e infraestructuras de la denominada zona nacional.

La Tercia había sido escenario en 1937 de una de las más cruentas luchas entre las tropas republicanas, atrincheradas en el límite entre Asturias y León, y los partidarios de la sublevación, que avanzaban desde la capital leonesa. Villamanín cumplía, por tanto, la máxima para entrar en Regiones Devastadas.



Los territorios debían tener una destrucción superior al 75% y quedarían bajo la tutela del caudillo Franco. Las localidades elegidas fueron La Foz, Oviedo, Pendones y Tarna, en Asturias; Guernica y Éibar, en el País Vasco; Las Rozas de Valdearroyo, en Cantabria; Viver, Jerica, Benafer y Xilxes, en Valencia; Villanueva del Duque, en Córdoba; Alcañiz, Banariés, Banastás, Huerrios, Igriés, Lascascas, Híjar y Belchite, en Aragón; Gajanejos, Hita, Masegoso de Tajuña, en Castilla-La Mancha, y Brunete, La Hiruela, Prádena del Rincón, Villanueva de la Cañada, Villanueva del Pardillo, en Madrid.

En Villamanín se construyó el denominado Barrio Nuevo, que es todo el centro del pueblo en torno al Ayuntamiento, que también fue levantado por Regiones Devastadas, y el cuartel de la Guardia Civil, derribado hace dos años para convertir la parcela en un parque.

Sin embargo, son pocos los estudios hechos sobre Villamanín y la importancia de poner en valor su reconstrucción. Sólo a raíz del derribo de la sede de la Benemérita, el arquitecto Jesús Carlos Martínez, elaboró un informe para pedir su mantenimiento, que no fue tenido en cuenta, donde explicaba que Villamanín conforma «un proyecto unitario, con un trazado urbano y edificatorio que comprende tanto el caserío residencial (viviendas rurales entre medianeras con patio), como los edificios públicos (Ayuntamiento, albergue, escuelas, iglesia, cuartel de la Guardia Civil, casa del médico-¦) y espacios libres (plazas, parque infantil). Este conjunto es definitorio de la Arquitectura y Urbanismo Rural de la posguerra».

En su opinión, se trata «de una de las actuaciones más importantes del Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones por su gran envergadura» y por el alto nivel de destrucción del casco urbano anterior a la contienda. «El resultado es un modelo histórico homogéneo, digno de estudio, protección, conservación y promoción de su valor por parte del propio Ayuntamiento, de la Diputación de León y otras administraciones públicas», decía.

El modelo de Regiones Devastadas, aunque hay que diferenciar lo que se hizo en zonas urbanas y rurales, como Villamanín, dejó también la marca del ideario falangista de la arquitectura. En 1957, por considerar terminado su cometido, el organismo fue disuelto. Además de Villamanín, La Pola de Gordón se reconstruyó en parte.

El norte de León ofrece, además, una ruta muy particular por las principales trincheras del frente. También desaprovechada.


Fuente: Diario de León

domingo, 17 de julio de 2011

18 de Julio de 1936, ¿Y los culpables?


Una vez acabada la II Guerra Mundial:

Juicio de Núremberg:



Juicio a los represores de la Dictadura Argentina:



A punto de acabar la dictadura Franquista y una vez finalizada:











Eso si, la transición fue modélica, o eso enseñan en los Institutos públicos y no me quiero imaginar en los privados. Señoras y señores, ¿Hasta cuando?


¡Viva la república!


miércoles, 6 de julio de 2011

La tinta por caminos... de tierra: Manuel Cuenya

Sobre los grandes temas, a través de la memoria

DIARIO DE LEÓN

03/07/2011 MANUEL CUENYA


Tintero de tierra


Abel Aparicio. Edición bilingüe (castellano-a
sturleonés). Ed. Lobo Sapiens, León, 2011. 152 pp.

Tintero de tierra es un libro de poemas escrito
con sangre y con alma, con la sangre de la tierra y el espíritu del compromiso con la realidad de nuestro tiempo y aun de otras épocas, esas que debemos rememorar, aunque nos duela, porque forman parte de nuestro pasado, incluso de nuestra historia horrible, para poder entender quiénes somos y hacia dónde caminamos.

Su autor, el leonés Abel Aparicio, nos habla,
en este poemario esencial e imprescindible, sobre los grandes temas universales: la libertad, la amistad y el amor, todos ellos vistos a través de la memoria, que es fuente de placer y a veces de dolor. La memoria como motor vital que nos ayuda a entender y a seguir siendo.

Escrito a cuatro tintas, a saber, la de la concienc
ia, la memoria, las raíces y la del susurro, Aparicio nos invita a reflexionar, desde la sobrecogedora belleza de sus versos cargados de futuro, sobre el mundo en que vivimos, abrazado a los «cauces de finanzas y montañas de tesoros» en vez de a los amigos, un mundo lleno de muros y fronteras de malos sueños, «que dividen ilusiones, que dividen seres humanos», un mundo en que «las noticias están secuestradas por la opinión» y «las empresas fabrican nuestra realidad».

«Nos mean y los diarios dicen que llueve», aparece escrito, a modo de síntesis, en una de las citas que encabezan el poema Formación, incluido en Tinta de conciencia . Una nota singular, que Abel toma de uno de sus maest
ros, Eduardo Galeano, y que uno vio escrita un día en una pared de Buenos Aires.

Prologado por Santiago Macías, quien en estos últimos años se ha encargado de desenterrar la justicia de las cunetas, Tintero de Tie
rra nos hace indagar en nuestras conciencias y aun subconsciencias e inconsciencias para devolvernos el amor, el amor por la poesía y la naturaleza, la amistad, la memoria y la libertad, porque estos son «los versos de un hombre libre» -según escribe el periodista Emilio Gancedo en el epílogo de este libro- y un poeta con gran futuro.

http://www.diariodeleon.com