viernes, 5 de febrero de 2016

Balances


“En mi hambre mando yo”
Jornalero andaluz


Vuelves a tus montañas sagradas
para invocar la misma patraña
que ultrajó nuestra inocencia.
De entrada, no despejábamos la X
y el balón más que por la escuadra
se nos coló por debajo de las piernas.
La salvedad es que hoy ese enigma
incendia miradas de desprecio.

Mantienes tu despótico caminar
sin darte cuenta que vives supeditado
a la amalgama de incoherencias
que forjan tu miserable vestimenta
de nuestros horrores.

Pasaste de ser el rey de la fiesta
-con su papel de matón mimado
en cada patio de colegio -
a culpable de tallar en piedra
soy su pastor y nada les falta.

Hazte un favor, olvida nuestros oídos
e ignoraremos tus entrevistas al espejo.
Cuida de ti un olvido que no rinda cuentas,
porque tu balance derivó
en nuestras cucharas oxidadas.

Aun con todo, los nadie
nos abrieron sus despensas
y a la postre,  todo el camino.
¡En mi hambre, mando yo!